viernes, 22 de abril de 2011

BERESHIT

BERESHIT 1:1


El primer libro de la TORAH lleva por nombre BERESHIT. Lo que sucedió fue, que todos los nombres de los 5 libros que componen la Toráh, fueron cambiados y manipulados por los traductores. Una cosa si debemos saber, que cada libro de la Torah lleva el nombre que está en la primera oración del libro, tal como es conservado en la Toráh y en el Tanaj hebreo. A continuación se transcribe la pronunciación CORRECTA:

         I.            BERESHIT: "En el principio… " [y no Génesis],
       II.            SHEMOT: “Estos son los nombres…” [y no Éxodo],
    III.            VAYIKRA: “El llamó…” [y no Levítico],
    IV.            BAMIDVAR: “YHWH habló a Moshe en el desierto” [y no Números],
      V.            DEVARIM: “Éstas son las palabras” [y no Deuteronomio].

El idioma hebreo es un idioma diferente a cualquier otro. En todos los idiomas primero tenemos el “objeto o la cosa” a la vista y recién allí le ponemos un nombre, pero en el idioma hebreo es al revés, primero existe la “palabra” (Devar) y luego el objeto. Un ejemplo de ellos lo encontramos en el primer capítulo de Bereshit donde dice: Entonces dijo ’Elohim: Haya luz. Y hubo luz” (Bereshit 1:3 - BTX)

A continuación estudiaremos el texto hebreo de Bereshit [Génesis] 1:1, y para ello utilizaré las siguientes herramientas de interpretación hebrea:
1º) PESHAT,
2º) GEMATRÍA,
3º) REMEZ,
4º) DRUSH.



1º) PESHAT
Es el texto que debe entenderse como esta escrito, literal y linealmente. No hay nada llamativo. Es lo que esta escrito: “en el principio `Elohim [**] creó los cielos y la tierra”.



2º) GEMATRÍA
Es el estudio de los números que componen cada palabra hebrea, ya que cada una de sus letras representan un número, y como consiguiente, la suma de cada letra de una palabra dan como resultado otra palabra, la que guarda relación con la primera o con el versículo completo. Por ejemplo en Bereshit 1:1 esta muy presente el Nº 7, el cual en el contexto bíblico representa la “perfección”. Por ejemplo:

Bereshit bará Elohim [Alef-Tav] hashamáim veét haáretz”
“En el principio creo Elohim [**] los cielos y la tierra”

a)     La cantidad de palabras de Bereshit 1:1 son 7,
b)    El número de letras hebreas que forman el texto son 28 (7 x 4),
c)     La suma de los 3 sustantivos dan como resultado 777:
I)         Elohim = 40+10+5+30+1= 86
II)      Cielo = 40+10+40+300+5= 395
III)    Tierra= 90+200+1+5= 296
d)    En los 31 versículos de Bereshit [Génesis] 1:1, la palabra Elohim aparece 35 veces (7 x 5),
e)     Dijimos que 28 letras forman el texto, y 28 es igual a “8 + 2” = 10, y “1 + 0” = 1, y “1” [א] es `Elohim. Dice Devarim [Deuteronomio] 6:4: “"¡ Sh'ma, Yisra'el!  יהוה  Eloheinu,  יהוה ejad  [¡Escucha, Yisra'el! YHWH [יהוה] nuestro Elohim, YHWH [יהוה] uno es]”.


3º) REMEZ
Es la palabra revelada u oculta en el texto. Para este análisis he utilizado el Tomo I del “Antiguo Testamento” INTERLINEAL HEBREO-ESPAÑOL – PENTATEUCO - traducción literal al castellano del texto hebreo del Códice de Leningrado por RICARDO CERNI, editorial Clie © año 1999, página 19:


La fonética hebrea del texto citado anteriormente, es la que escribí en el recuadro azul que antecede [el hebreo se lee de derecha a izquierda]. En el podemos ver que hay dos letras marcadas con un círculo rojo que no se traducen aquí, ni en ningún otro texto hebreo interlineal por ser su significado incierto o no revelado. Es por ello, que “NINGUNA” de las traducciones existentes de la biblia la traducen hasta el día de la fecha. Y como en el ejemplo que antecede, se le agregaran dos asteriscos (**) como diciendo: sin significado. Estas letras “sin significado” para los traductores son la:

Estas dos letras no traducidas o pronunciadas corresponden a la “Alef” y la “Tav”, las cuales serían la primera y última letra del Alfabet hebreo. Son muy similares a las que encontramos en el libro de Revelaciones en el capítulo 1 versículo 8, donde dice: Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios…” (BTX). Dicho libro dice así por haber sido traducido desde las copias griegas existentes. Y si en el libro de BERESHIT agregáramos esta traducción, la cual sería la correcta, se leería de la siguiente manera:

“BERESHÍT BARÁ ELOHÍM ALEF-TAV HASHAMÁIM VEÉT HAÁRETZ”
“En el principio creó ´Elohim Alef-Tav los cielos y la tierra”

Ha`Elohim en el primer libro (Bereshit) y en el último libro (Revelación) esta diciendo: “YO SOY EL PRIMERO Y EL ULTIMO”, “NO HAY NADIE ANTES DE MI NI DESPUES DE MI”, “YO SOY EL PRINCIPIO Y EL FIN”, “YO SOY EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO” ¡¡¡BARUJA HA`SHEM YHWH [יהוה]!!!”. Este es el sentido real de Bereshit 1:1. Hoy ninguna Biblia de las que circula a nuestro alcance, realiza esta traducción fiel del idioma original hebreo. Es por ello entonces que la traducción realizada por la Sociedad Bíblica Iberoamericana de la Biblia Textual, se encuentra realizando la 2º revisión de la misma, y en ella incorporará este importante aporte realizado por quien escribe el presente artículo, quedando expresado de la siguiente manera en el texto impreso: 




4º) DRUSH
Es un estudio alegórico extensivo del texto. Donde se busca comprender y entender lo que cada palabra esta expresando, que nos enseña, como lo podemos aplicar a nuestra vida o de nuestro prójimo, por ejemplo el texto que veníamos considerando:

“BERESHÍT BARÁ ELOHÍM ALEF-TAV HASHAMÁIM VEÉT HAÁRETZ”

BERESHÍT significa en hebreo: Principio”, NO como el principio de YHWH [יהוה], sino de lo creado o de lo que se quiere relatar a continuación. El Eterno Ha`Shem ya existía antes de Bereshit 1:1 

  • YHWH respondió a Yob desde el torbellino, y dijo: Yo te preguntaré, y tú me responderás: ¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra? Decláralo, si tienes inteligencia. ¿Quién determinó sus medidas? Ya que tanto sabes, ¿Quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿Quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y todos los hijos de Dios daban gritos de júbilo? ¿Quién encerró al mar con doble puerta, Cuando irrumpía saliéndose de su seno? Cuando le puse nubes por vestido, Y densas tinieblas por envoltura, cuando establecí sobre él mi límite, Y puse barra en sus puertas, y le dije: ¡Hasta aquí llegarás y no pasarás, Y aquí se detendrá el orgullo de tus olas!” (Yob 38:1-11 - BTX).
  • “Antes que los montes fueran engendrados, y dieras a luz la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres ’El [abreviación de Elohim] (Tehilim [Salmo] 90:2 - BTX).
  • La traducción “Nueva Versión Internacional” traduce este último texto transcripto así: “Desde antes que nacieran los montes  y que crearas la tierra y el mundo,  desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros,  tú eres Dios”. Esta traducción sería INCORRECTA, ya que la palabra antiguo significa según la RAE: “que existe o existió desde hace tiempo” y “postrero” también según la RAE: “lo último”. Ambas conceptos hablan de “tiempos” que pueden ser “contados y medidos” y YHWH [יהוה] el Altísimo, NO ESTA ENCERRADO en el TIEMPO.
  • La versión Reina Valera 1995 lo traduce: “Antes que nacieran los montes  y formaras la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo,  tú eres Dios”. Esta traducción también sería INCORRECTA, ya que un siglo son 100 años, y eso no es lo que expresa el texto original hebreo. La palabra hebrea que aquí se utiliza para hablar de Elohim es “OLAM” [םלע] y significa “tiempo fuera de la mente, eternidad”, tal cual lo traduce CORRECTAMENTE la versión de la Biblia Textual.

BARÁ significa en hebreo: creó”. No dice que el “formo” a partir de algo, sino dice que Elohim creó de la nada. La ciencia de la materia hace energía, pero YHWH [יהוה] convirtió la energía en materia. La palabra “creo” habla de una creación “progresiva”, el siempre esta creando. El universo es una prueba de ello, a cada instante una estrella nueva nace. Un salmo que describe perfectamente es Tehilim 104:1-35: “Bendice alma mía a YHWH. ¡Oh YHWH, Dios mío, cuánto te has engrandecido! Te has revestido de gloria y majestad, eres el que se viste de luz como con un manto, que despliega los cielos como una cortina, que entabla sobre las aguas sus altas moradas, que pone las nubes por su carroza, que anda sobre las alas del viento, que hace de los vientos sus mensajeros, y de las flamas del fuego sus ministros. Estableció la tierra sobre sus cimientos, para que nunca sea sacudida, cual vestido la cubriste con el abismo, sobre los montes estaban las aguas. A tu reprensión huyeron, a la voz de tu trueno se precipitaron. Subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que les habías fijado. Les pusiste límite, el cual que no traspasarán, ni volverán a cubrir la tierra. Eres el que envía fuentes por los valles, que corren entre los montes, Dan de beber a todas las bestias del campo, mitigan su sed los asnos monteses; a sus orillas habitan las aves de los cielos, trinan entre las ramas. El que da de beber a los montes desde sus aposentos, del fruto de tus obras está saciada la tierra. El que hace brotar la hierba para el ganado, y la vegetación para el servicio del hombre, para que él saque el pan de la tierra, y el vino, que alegra el corazón del hombre; y el aceite, que hace brillar su rostro, y el alimento, que sustenta el corazón del hombre. Los árboles de YHWH se llenan de savia, Los cedros del Líbano que Él plantó, allí anidan las aves, la cigüeña, cuya casa está en los cipreses.  Los montes altos para las cabras monteses, las peñas, madrigueras para los conejos. Hizo la luna para las estaciones, y el sol, que conoce el punto de su ocaso. Traes la oscuridad y llega a ser de noche, en ella se arrastran todas las bestias del bosque. Los leoncillos rugen tras la presa, y buscan de ’El su comida. Al salir el sol se recogen, y se echan en sus guaridas. Sale el hombre a su labor, a su labranza hasta la tarde. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh YHWH! Hiciste todas ellas con sabiduría, La tierra está llena de tus posesiones. He allí el grande y ancho mar, donde hay un hervidero innumerable de seres, Seres pequeños y grandes. Allí navegan las naves, allí ese Leviatán que formaste para que jugueteara en él. Todos ellos esperan en ti Para que les des comida a su tiempo. Les das y recogen; abres tu mano, y se sacian del bien. Cuando ocultas tu rostro, se turban, si retiras el soplo, dejan de ser, y vuelven a su polvo. Si envías tu hálito, son creados, y renuevas la faz de la tierra. ¡Sea la gloria de YHWH para siempre! ¡Alégrese YHWH en sus obras! El cual mira a la tierra, y ella tiembla, toca los montes, y humean. A YHWH cantaré en mi vida, A mi Dios entonaré salmos mientras viva. Séale agradable mi meditación; yo me regocijaré en YHWH. ¡Desaparezcan de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser! ¡Bendice alma mía a YHWH! ¡Alabad a YH!” (BTX).

ELOHÍM significa en hebreo: Poderoso”.

ALEF-TAV significa en hebreo: Primero-Útimo” (ya lo explicamos anteriormente en el ítem Nº 3 “REMEZ”.

HASHAMÁIM significa en hebreo: Cielo”. Se refiere a cielo que vemos normalmente, y no a la morada del Creador. Su morada ya existía antes de Bereshit 1:1.

VEÉT significa en hebreo: y”. La preposición “Y” es utilizada para unir dos sustantivos. Lo que vemos y no tocamos (el cielo) y lo que vemos y tocamos (la tierra). Lo inalcanzable y lo alcanzable.

HAÁRETZ significa en hebreo: Tierra”. Tierra no como suelo o polvo, sino todo el conjunto de lo que hoy conocemos como planeta tierra.

El libro de Bereshit relata: 1) el pueblo que Elohim eligió, 2) el pueblo a quien se le encarga la Palabra y 3) el pueblo de donde vendría el Mesías (la salvación universal).

Diferencia entre el primer libro de la Toráh y del TANAJ (Antiguo Pacto) llamado Bereshit [conocido como Génesis], y el último libro del Brith Ha`Dasha (Nuevo Pacto) llamado Hitgalút (conocido como Revelación o Apocalipsis).

Bereshit (Génesis)
Hitgalút (Revelación / Apocalipsis)
Caída del hombre
Redención del hombre
Institución del matrimonio
Bodas del Cordero
El juicio de la tierra (el diluvio)
El juicio de la tierra (la tribulación)
El pueblo de Yisra`el vive como extranjero y peregrino.
El pueblo de Yisra`el posee la tierra.
La serpiente engaña a Javáh (Eva)
La serpiente es vencida y derrotada.
Construcción de la torre de Babel (Babilonia)
Caída final de Babilonia.
El hombre es desterrado del paraíso.
Los redimidos son llevados nuevamente al paraíso.
Privación de comer el árbol de la vida.
Acceso al árbol de la vida.
Se profetiza la venida del Mesías.
Venida del mesías Yahshúa a Yisra`el.


Herbert Spencer (padre de la filosofía evolucionista dijo en el año 1903: "Todo lo que existe - lo visible - debe resumirse en las siguientes categorías: 1) Tiempo, 2) Acción, 3) Fuerza, 4) Espacio y 5) Matería. Todo el universo se puede explicar en estos términos, la ciencia debe encajar en esta matriz. Todo lo que existe se debe ajustar a este principio". Lo que la ciencia dice que debe encajar para ser comprobado, ya YHWH hace muchísimos años lo había escrito a través de Mo-shé en la Toráh. 

Fíjese con atención como Bereshit 1:1 explica este principio a la perfección:
  • 1) Tiempo: en el principio,
  • 2) Acción: creó,
  • 3) Fuerza: Elohim,
  • 4) Espacio: los cielos,
  • 5) Materia: la tierra.

El Eterno Elohim, YHWH Sabaot es el principio (ALEF) y el fín (TAV) de todo. El es todo en todos.
Shalom Aleijem.

José María López, Pr.
Río IV, Córdoba - ARG.












lunes, 18 de abril de 2011

BIBLIA TEXTUAL (BTX)


La BIBLIA es más que un tesoro histórico o un clásico literario para ser preservado, admirado o aplaudido. Es algo más que un conjunto de documentos sobre cuya base puedan exaltarse talentos de hombres doctos. La BIBLIA es la más grande de todas las obras del Creador. Revela su mente, expresa su voluntad y manifiesta su poder mediante palabras que, entre otros muchos propósitos, tienen poder para quitarla muerte y sacar a luz la vida y la inmortalidad de quien lee con fe. No suponga entonces el lector que tiene en sus manos un libro que el hombre hubiera podido escribir de haber querido. Su maravillosa unidad y continuidad, y sus predicciones cumplidas, evidencian el carácter trascendente y sobrenatural de la Obra. Sepa, por otra parte, que tampoco es un libro que el hombre hubiera querido escribir de haber podido, porque consistentemente habla en su contra y sin acepción de personas, testifica contra él, exhibiendo sus rebeliones, perversiones y fracasos. Si con nuestra mente adulta, en cambio, creemos vivir en un planeta visitado por Dios hecho carne, entonces, las palabras que Él dice revisten una importancia tal, que al considerar el Precioso Texto, será imposible abstraernos de que el Libro nos confronta con asuntos que exceden los límites de nuestra habitación temporal. Ante esta realidad, no quien pretenda, sino quien humildemente aspire a traducir al Autor Exacto, tiene que admitir ipso facto las limitaciones y la futilidad que representa el depender de humanas disciplinas, y reconocer que, así como ante el DIOS TODOPODEROSO no es posible acercarse con vanas repeticiones, tampoco ante su PALABRA es posible hacerlo con la locuacidad de un espíritu liberal, como si se tratara con prolegómenos y comentarios propios de diccionarios o enciclopedias.

No; ante el Libro, uno se ha de acercar con espíritu contrito, corazón hecho alheña y postrada actitud; con fe sencilla y pies descalzos, limpios del mundanal lodo de las filosofías humanas, pues en este caso particular, no es el lector quien juzga al Libro, sino el Libro al lector. Las Bases Textuales de la Biblia. La composición que hoy conocemos como La Biblia está conformada por 66 libros (39 del AP y 27 del NP) cuyo número fue reconocido por la Iglesia Primitiva para conformar el así llamado canon de la Escritura. Desde Job, su libro más antiguo (1900 a.C.), hasta el Apocalipsis (90 d.C.) los libros se escribieron en hebreo (con algunas palabras arameas) y griego koiné en un lapso de casi dos milenios. Fueron realizados en tres continentes: Asia (Menor), África y Europa, por no menos de 40 autores de distintos rangos sociales, oficios y profesiones, cuya mayoría no se conoció entre sí, aunque hablaron sobre temas de extraordinaria similitud, principalmente acerca de las cosas por venir. Cuando toda esta diversidad de personalidades, tiempo y espacio coinciden de manera tan exacta en el cumplimiento de sus aseveraciones, las cualidades que resaltan del Libro son su maravillosa unidad, autoridad y trascendencia. Ahora bien, el lector ha de estar advertido que antes de traducir las palabras, frases y oraciones de la Escritura, el intérprete ha de interesarse por un problema precedente: ¿Cuál es el texto original del pasaje? Que tal pregunta debe ser hecha ¡y contestada! obedece a dos circunstancias: a) ningún manuscrito original de la Biblia existe hoy, y b) las copias existentes difieren una de otra. Al ser escritos en el frágil papiro, los originales pronto se destruyeron o extraviaron, y las copias manuscritas que existen exhiben múltiples diferencias. En el caso del Nuevo Pacto, los aproximadamente 5300 manuscritos existentes, presentan entre sí no menos de 250.000 variantes, que se acumularon durante los 14 siglos que duró el proceso de copiado manuscrito. Sin embargo, tanto en el caso del Antiguo Pacto como del Nuevo Pacto, los cambios introducidos, aunque numerosos y del interés más profundo, están muy lejos de afectar la estructura doctrinal de la Obra. Por otra parte, gracias a los hallazgos de la Arqueología Bíblica, juntamente con los esfuerzos de la Crítica Textual, se logró, desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX, la restauración de arquetipos muy cercanos a los Autógrafos.

Transmisión y Alteración Textual. La historia de los principales hechos que forjaron la alteración en manuscritos bíblicos puede resumirse así: En los primeros días de la Iglesia Cristiana, luego que una Epístola era enviada, o después que un Evangelio era escrito, se elaboraban copias a fin de extender su influencia y beneficios a otras congregaciones. Era, por tanto, inevitable que tales copias contuvieran un relativo número de diferencias en palabras con respecto a su original. La mayor parte de estas divergencias surgieron por causas accidentales, tales como confundir una letra o palabra con otra parecida. Si dos líneas paralelas de un manuscrito comenzaban o terminaban con el mismo grupo de letras, o si dos palabras similares se encontraban juntas en la misma línea, era fácil para el ojo del copista saltar del primer grupo de letras al segundo, y asimismo omitir una porción del texto. Inversamente, el escriba podría regresar del segundo al primer grupo de letras y, sin querer, copiar una o más palabras dos veces. Asimismo, letras que se pronunciaban de igual manera, podían llegar a ser confundidas por los escribas oyentes. Tales errores eran casi inevitables dondequiera que se copiaban a mano largos pasajes, habiendo más posibilidades de que ocurrieran si el escriba tenía vista u oído defectuoso, si era interrumpido en su labor, o si por causa de fatiga estaba menos atento. Otras divergencias surgieron de intentos deliberados por suavizar formas gramaticales toscas, o por tratar de eliminar partes que son real o aparentemente oscuras en el significado del texto. Algunas veces, un copista sustituía o añadía lo que le parecía ser una palabra o forma más apropiada, quizá derivada de un pasaje paralelo. De esta manera, durante los primeros años que siguieron a la conformación del Canon del NP, surgieron centenares —si no millares— de las llamadas variantes textuales.

Tipos de Texto. Igualmente, durante los primeros años de expansión de la Iglesia Cristiana, se desarrollaron los llamados textos locales. A las nuevas congregaciones establecidas en grandes ciudades, tales como Alejandría, Antioquía, Constantinopla, Cartago o Roma, se les proveían copias de las Escrituras en el estilo que era corriente en esa región. Al hacer copias adicionales, el número de lecturas especiales e interpretaciones eran conservadas y hasta cierto punto aumentadas, de tal manera que un tipo de texto peculiar a su región llegó a crecer y establecerse. El tipo de texto Alejandrino, siendo el más antiguo, es usualmente considerado como el mejor y más fiel en la preservación del original. Sus características son la brevedad y la austeridad. Hasta muy recientemente, los dos principales testigos del tipo de texto Alejandrino eran el códice Vaticano y el códice Sinaítico, manuscritos en pergamino de mediados del siglo IV. Sin embargo, con la aparición de importantes papiros a mediados del siglo XX, ha sido posible inferir que el tipo de texto Alejandrino retrocede hasta principios del segundo siglo (125 d.C.). Otros tipos de texto son el Occidental, el Cesariense y el Bizantino. Este último es el más reciente de los tipos distintivos de texto del Nuevo Pacto. Lo caracteriza su esfuerzo por aparecer completo y explicativo. Los constructores de este tipo de texto intentaron, sin duda, pulir cualquier forma ruda del lenguaje, combinar dos o más lecturas discrepantes en una sola lectura expandida, y armonizar pasajes paralelos divergentes. Durante el período transcurrido entre el siglo VI hasta la invención de la imprenta en el siglo XV, el tipo de texto Bizantino fue el de mayor circulación, el más aceptado, y el reconocido como el texto autorizado por la Iglesia de Roma.

El Textus Receptus. Paradójicamente, el tipo de texto Bizantino fue también el que sirvió de base para las traducciones Protestantes del Nuevo Pacto. Esta base textual griega fue editada e impresa en 1517 por el famoso humanista Desiderio Erasmo de Rotterdam. Sus subsecuentes ediciones fueron ampliamente difundidas, y fue aceptado como el texto normativo para la Iglesia Protestante, el cual llegó a ser reconocido por el nombre latino de Textus Receptus. La obra de Erasmo sirvió como base textual de traducción a la mayoría de los idiomas vernáculos de Europa. Fue editada cinco veces, y más de treinta ediciones fueron realizadas sin autorización en Venecia, Estrasburgo, Basilea, París y otros lugares de Europa. Subsecuentes editores, a pesar de haber realizado un número considerable de alteraciones arbitrarias, reprodujeron vez tras vez esta adulterada forma de base textual griega, asegurándole una preeminencia tal, que hasta principios del siglo XX, llegó a aceptarse como texto normativo del Nuevo Pacto. Tan supersticiosa e inapropiada ha sido su inmerecida reverencia, que los intentos por criticarlo o enmendarlo son todavía considerados como un sacrilegio, todo esto a pesar de que su base textual es esencialmente un manojo (¡seis!) de manuscritos tardíos (¡siglo XII!) escogidos al azar y, por lo menos en una docena de pasajes, su lectura no está respaldada por ningún manuscrito griego conocido hasta el presente. Aun así, este Textus Receptus ha resistido durante casi 500 años (y aún resiste) en ser desplazado a favor de la verdadera Base Textual Griega, y hoy, encubierto bajo su nuevo nombre de Texto Mayoritario, trata de retomar su primacía, y sigue obstaculizando el camino de todo esfuerzo por restaurar la genuina Palabra de Dios.

Restauración Textual. Durante los siglos XVII y XVIII los eruditos recaudaron información de muchos manuscritos griegos, pero con la excepción de dos o tres editores que tímidamente se atrevieron a corregir algunos de los más vocingleros errores del Textus Receptus, esta degradada forma de texto continuó siendo reimpresa edición tras edición. No fue sino hasta la primera parte del siglo XIX, cuando a los eruditos bíblicos se les reconoció haberse apartado totalmente del Textus Receptuspara demostrar, por comparación de manuscritos, cómo éstos se podían retrotraer hasta sus arquetipos perdidos e inferir así su condición y paginación. Un profundo movimiento en pro de la restauración del Texto Sagrado dio comienzo en la primera mitad del siglo XIX, y mediante los esfuerzos de destacados críticos textuales, que por razones de oportunidad es imposible mencionar ahora, se extendió hasta nuestro tiempo. A partir de entonces se presentan ediciones de la Biblia en sus idiomas originales y se evalúan al mismo tiempo los grandes descubrimientos de la arqueología bíblica, en los cuales aparecieron documentos manuscritos mucho más antiguos de aquellos que conforman el tipo de texto Bizantino. Gracias a ello, ha sido posible editar el Texto Sagrado con palabras que se acercan hoy más que nunca a las del Original. Estas bases textuales de la Biblia vienen siendo plasmadas en las ediciones críticas de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (Antiguo Pacto) y del Novum Testamentum Græce (Nuevo Pacto) sobre cuyo texto se basa principalmente esta obra. Pero aun así, no obstante la excelencia, erudición y noble propósito que guía a estas Ediciones, es importante destacar que el creciente número de sus revisiones denota un necesario proceso de perfeccionamiento que obviamente el Original no necesitaría.

Una Versión Perfectible. La inspiración verbal y plenaria de la Escritura recayó exclusivamente sobre los Autógrafos Sagrados, su infalibilidad se limita por tanto al Texto Original, y nunca benefició al copiado manuscrito, aunque este fuera en los idiomas originales de la Biblia. Si esto es así, mucho menos entonces puede beneficiar a las traducciones que de ellas se derivan, y así, la sola consideración de una versión perfecta es imposible. Nuestro intenso (y extenso) contacto con las labores de traducción, nos ha demostrado durante los 30 años que la obra nos ha durado entre las manos, que es más el resultado de transpiración que el de inspiración. Las Versiones, por excelentes que pretendan ser, no constituyen más que un esfuerzo humano, personal o colegiado, por presentar en idioma vernáculo la infalible Palabra de Dios. Ante esta realidad, surge la propuesta feliz de una versión perfectible, que siguiendo los pasos humildes de la Crítica Textual, acepta las limitaciones impuestas por las circunstancias, y mediante sus ediciones críticas manifiesta su aspiración hacia una versión perfecta.

Traducción Contextual. El esfuerzo por realizar una versión bajo la disciplina de traducción contextual procura presentar al lector una versión comprensible de lo que sin duda es la obra literaria más compleja del Universo. La exposición detallada de los postulados de la traducción Contextual son extensos y no es posible citarlos aquí. El lector puede referirse en cada caso a las notas a pie de página o a la sección de Pasajes Especiales §148. No obstante, resumimos ahora el concepto diciendo que: Por traducción contextual se define inicialmente una disciplina que (a) enmarcada en las reglas que controlan la gramática general del lenguaje, pero (b) sin perjuicio de la coordinación y subordinación gramatical registradas en el Texto Sagrado, (c) trasmita toda la intención, fuerza y lucidez del Original, (d) defienda su brevedad y simplicidad, (e) preservando su pureza y (f) respetando sus asimetrías, asperezas gramaticales y redundancias, (g) valore la riqueza de estilo literario lograda a través del tiempo, y los beneficios que de allí se derivan al retardar los cambios que corrompen el lenguaje; y finalmente (h) refleje de manera consistente las conclusiones que por la sana exégesis y trazo contextual (cercano o remoto), surgen de la analogía y armonía espiritual latentes en toda la Escritura.


José María López, Pastor y Maestro
Licenciado en Teología
miembro de la Sociedad Bíblica Iberoamericana 
encargada de la Traducción de la Biblia Textual  según ediciones críticas de la Biblia Hebraica Stuttgartensia (Antiguo Pacto) y 
del Novum Testamentum Græce (Nuevo Pacto)